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jueves, 13 de agosto de 2009

Peque, robe y rompa... para todo lo demás, existe MásterCard



Las limosnas, los diezmos, donaciones, ofrendas y las indulgencias han sido parte del léxico eclesiástico desde que comenzaron a jugar "teléfono chocho" con las parábolas de Jesús.

Sí, ése mismo Jesús quien entró al Templo y sacó a patadas a los mercaderes por hacer de la Casa del Padre una cueva de ladrones...

Por dicha que Jesús resucitó y subió a los cielos, dice la tradición cristiana... sino, ahora estaría revolcándose en el Santo Sepulcro de ver que las iglesias en lugar de exhibir las reformas de Lutero en las puertas, enseñarán -impúdicamente- los logotípos de Visa, Máster Card, Américan Express y todas las de débito...

La Iglesia se moderniza, pero en lo que no es trascendental... Parece una broma de mal gusto, invertir en "maquinitas" mientras obliga a las mujeres a parir en pobreza, se hace de la vista gorda ante las necesidades de pan, hogar y justicia de sus siervos y condena cualquier tipo de diversidad.

¡¡Ahhh!! Y es más, con un mínimo de C1,000 por pasadita... ¿Y sin besito en la nuca?

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