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jueves, 22 de abril de 2010

¡¡Un bocadito cerquita del cielo…!!


Carretera a Turrialba, justo cuando los chayotales van trepando la montaña para caer al otro lado convertidos en cañaverales, y antititicos de que la serpenteante carretera cambie su nombre de Cervantes a Juan Viñas hay una esquina tentadora y deliciosa…

Nos llamó la atención el seductor rótulo: “Tortillas de Queso a toda hora” y, aunque íbamos para un almuerzo a Turrialba centro… nos metimos a probar las “Tortillas de Queso a toda hora”.

El “Bocadito de Cielo” es un lugar como deberían de ser lo lugares para comer:
Limpio, agradable y con el saludo de bienvenida de su propietario o administrador con una amable sonrisa y un cálido apretón de mano. Además, un panorama que lo entretiene, la vista es hermosa, atención detallada y la comida…
¡¡La comida!!
Hemos de reconocer que las tortillas de queso estaban: Doraditas y bien cocinadas por fuera… por dentro, no parecían tortillas de maíz, parecían un tamal de maíz delgado o una chiricaya, cremosas, suaves pero para nada crudas. Estaban “soberbias”… Tanto así, que a los pocos días volvimos a pasar.

Esta vez con más tiempo para disfrutar del paisaje y con más hambre para ver otras opciones en el menú.

El menú no es muy grande, pero las opciones son tentadoras, lo que hace difícil la elección. Optamos por pedir unos frescos que, aunque de pulpa, no estaban para matar diabéticos (mala maña de los restaurantes costarricenses de dar el “postre en un vaso antes de la comida) sino muy bien preparados y refrescantes.
Mientras sorteábamos seductores nombres en el menú, nos propusimos ver los platos que llevaban los meseros.

Valga hacer la aclaración que la atención es delicada, pero no empalagosa.

Vimos pasar arroces con pollo bien sazonados y con agradables colores. Ceviches a copa rebozante, filetes de pescado, unos pedazos de chicharrón generosos, entremeses y por supuesto las “Tortillas a toda hora”.

Optamos por la carne, el arroz con pollo, los frijoles molidos, las imperdibles tortillas de queso y el arroz con leche.

¿Han pedido carne que al final es una suela de zapato? Pues esta vez, el lomito fue ¡LOMITO! Bien madurado, preparado y servido con vegetales que se pueden comer, no de los que sólo adornan el plato, y de una suavidad que sorprendía.
El arroz con pollo es para esos amantes del sabor… el pollo lo preparan en la paila en donde hacen los chicharrones (no en la grasa de los chicharrones) y el pollo está doradito y sabroso.

Los frijoles molidos muy bien sazonados y saben a frijol de verdad… y ¡Deben probarlos con la tortilla de queso a toda hora… simplemente, hay que pedir otra!

Generalmente, comento malas experiencias en los restaurantes… Pero, esta vez…

Si van por la carretera a Turrialba o si están cerca, y si están lejos, también. Vale la pena el recorrido y no sólo por el Bocadito de Cielo que van a probar, sino porque la zona es hermosa y las vistas espectaculares.

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