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jueves, 21 de mayo de 2009

Llantos, ante la posibilidad de “un régimen de confianza”.

“La confianza es como una almohada de plumas: Una vez regada, es imposible de recuperar”. Anónimo, refrán popular italiano.


En los micrófonos, llora por las almas perdidas.

En la radio, lloraba por contribuciones.

En la televisión, lloraba por adeptos para María.

En la Sabana, lloraba por su inocencia.

En las tarimas, lloraba por Mamá-María (o eso fue, en La Sabana)… O ambas…

En el Parque Central, lloraba por el perdón de Manzanita.

En Liberia, lloraba por captura.

En el juicio, lloraba por el negocio arruinado…

El lunes:

En la audiencia, llorará, otra vez, por su indulto…

Y a la larga, saldrá libre… Mientras, los millones se capitalizan en las cuentas fantasmas.

Y… ¿Un timador así, es digno de un Régimen de Confianza?

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